Nueva York es una de las ciudades más visitadas del mundo, atrayendo a millones de turistas cada año. Incluso durante un invierno desfavorable, las ofertas de la ciudad son irresistibles: desde disfrutar de los espectáculos en Broadway y realizar compras en la icónica Quinta Avenida, hasta hospedarse en algunos de los hoteles más lujosos de Manhattan o explorar los renombrados museos y galerías que han hecho famosa a Nueva York.
Sin embargo, las playas de la ciudad, aunque menos publicitadas, también tienen su atractivo especial. Durante el invierno, cuando las temperaturas pueden ser bastante frías, las playas reciben menos visitantes. No obstante, en las estaciones más cálidas, estas áreas costeras se llenan de gente que busca un respiro del ajetreo urbano.
Si planeas visitar Nueva York desde la primavera hasta el otoño, considera dedicar un día a escapar del bullicio de la ciudad y disfrutar de sus encantadoras playas.
Montauk, Long Island
Isla Shelter, condado de Suffolk
Parque Estatal Robert Moses, Isla de Fuego
Fire Island realmente justifica el esfuerzo de llegar. Aunque tu viaje incluirá un tren, un servicio de transporte y un ferry, al llegar al Parque Estatal Robert Moses, te darás cuenta de que el esfuerzo ha valido la pena.
Este lugar tiene un ambiente muy informal y relajado, donde andar descalzo es la norma. Fire Island es ideal para las familias, y si te apetece explorar, puedes alquilar una bicicleta para disfrutar del hermoso paisaje.
Un punto destacado es el faro situado entre las dunas. Puedes subir a la cima del faro para obtener vistas impresionantes del entorno. Además, hay instalaciones para acampar disponibles si decides quedarte unos días y disfrutar aún más de la tranquilidad del lugar.
Coney Island, Brooklyn
Coney Island es el lugar perfecto para que amigos se reúnan y disfruten de su tiempo juntos. El paseo marítimo ofrece una excelente oportunidad para socializar, pero también es un placer sentarse y charlar en la playa o simplemente relajarse bajo el sol.
Durante el cálido verano, el mar puede no ser tan cálido como en destinos más al sur, pero una inmersión en sus aguas siempre resulta refrescante después de un par de horas bajo el sol.
A lo largo de las décadas, Coney Island ha sido un destino popular no solo por su icónica rueda de la fortuna y su famosa montaña rusa, sino también por su vibrante zona de comidas. Sin embargo, nada de esto sería completo sin la playa que separa el malecón del océano.
Playa de Manhattan, Brooklyn
Manhattan Beach en Brooklyn es una opción ideal para quienes buscan una experiencia más tranquila en la playa. A diferencia de las más concurridas Coney Island y Brighton Beach, Manhattan Beach ofrece un ambiente más sereno y relajado.
Si prefieres un tramo de arena con menos gente, Manhattan Beach podría ser justo lo que necesitas. Aunque el agua no siempre es la más cálida, puedes disfrutar de un refrescante chapoteo en sus aguas poco profundas, especialmente si te gusta relajarte bajo el sol.
El agua suele estar bastante tranquila, lo que la convierte en un buen lugar para nadar de forma relajada. Además, es un excelente destino para una barbacoa o un picnic durante los fines de semana. Si llegas temprano, tendrás la oportunidad de elegir el mejor lugar para disfrutar del día.
Playa de Brighton, Brooklyn
Al llegar a Brighton Beach desde Coney Island, notarás inmediatamente un cambio en el ambiente: la playa se vuelve más tranquila y menos concurrida. Aquí, disfrutarás de espacios más abiertos y un entorno más relajado, con cafés tranquilos que ofrecen comida y bebida para quienes desean un refrigerio tras un día en la playa.
Conocida como «Pequeña Odessa», esta área refleja una fuerte influencia cultural rusa, visible en las diversas tiendas y restaurantes del barrio. Aquí puedes explorar una auténtica variedad gastronómica. ¿Te has aventurado alguna vez en la comida uzbeka o coreana? En Brighton Beach, encontrarás un restaurante con forma de barco que ofrece una amplia selección de mariscos y cerveza, brindando una experiencia culinaria única.
Playa Midland, Isla de los Estados
Long Beach, Condado de Nassau
Long Beach, aunque menos conocida que su homónima en California, ha sido un destino popular en el condado de Nassau. Este rincón costero sufrió los estragos del huracán Sandy, un evento relativamente raro en el área debido a que los huracanes tienden a impactar más al sur en los Estados Unidos continentales.
A pesar de este desafortunado evento, Long Beach sigue siendo un atractivo destino por su paseo marítimo y la calidad de sus olas. Para disfrutar de la playa durante el día, es necesario adquirir un pase, aunque a menudo hay promociones que incluyen tanto el acceso a la playa como el transporte.
Si no dispones de coche, puedes llegar a Long Beach en tren, lo que facilita el acceso a este hermoso lugar costero.
Sandy Hook, Área Recreativa Nacional Gateway, Jersey
Sandy Hook, a menudo subestimado y considerado algo pasado de moda, es en realidad una excelente opción para una escapada de un día desde Nueva York.
Aquí encontrarás socorristas que patrullan la playa, garantizando seguridad mientras disfrutas de tu día. Además de relajarte bajo el sol, Sandy Hook ofrece una variedad de actividades, como pesca y caminatas por senderos naturales, ideales para quienes buscan algo más que solo tomar el sol.
Uno de los atractivos históricos del área es su faro, que lleva más de 250 años guiando a los navegantes.
Para llegar a Sandy Hook, toma el ferry desde el centro de Manhattan; el viaje de 45 minutos te permitirá disfrutar de unas vistas espectaculares del horizonte de la ciudad.
Si te sientes aventurero, puedes explorar Gunnison Beach, que es una playa nudista, para una experiencia aún más única.
Playa de Fort Tilden, Queens
Solo los fines de semana durante el verano, esta playa en Queens cobra vida, a pesar de su proximidad a áreas densamente pobladas.
Transbordadores y autobuses de playa facilitan el acceso a los visitantes, aunque la infraestructura es mínima y no hay salvavidas presentes. La falta de servicios hace que la playa sea más aislada y tranquila.
Es recomendable llevar tu propio picnic, ya que algunos visitantes se toman el tiempo para disfrutar de una comida completa en el lugar. El atractivo principal de la playa es precisamente su soledad, por lo que si planeas una visita, asegúrate de estar bien preparado para aprovechar al máximo la experiencia.
Playa del parque Jacob Riis, Queens
Playa Rockaway, Queens
Rockaway Beach es conocida por ofrecer una experiencia playera completa, con excelentes opciones tanto para nadar como para surfear cuando las olas son un poco más grandes. A pesar de su popularidad, la playa se mantiene sorprendentemente limpia.
Además de disfrutar del mar, puedes participar en un juego de voleibol o simplemente pasear por la arena en busca de curiosidades arrastradas por las olas. La playa cuenta con una gran variedad de opciones gastronómicas, que van desde pizzas hasta tacos.
Para llegar a Rockaway Beach, puedes optar por tomar un tren, que ofrece excelentes conexiones ferroviarias dentro de la ciudad de Nueva York. También tienes la opción de utilizar el ferry o autobuses de playa como alternativas de transporte.
Playa principal, East Hampton
Playa Orchard, Bronx
Orchard Beach, situada en Pelham Bay, es la única playa pública del Bronx, por lo que no sorprende que se llene rápidamente cuando el clima es favorable. Los fines de semana son especialmente concurridos, aunque durante la semana el ambiente es más tranquilo.
La playa tiene aguas generalmente tranquilas y poco profundas, lo que la hace ideal para nadar y relajarse. Aunque puede parecer natural, Orchard Beach es en realidad una playa artificial creada en la década de 1930 en una zona de hermosos bosques con vistas a City Island.
Además de disfrutar de la playa, puedes explorar los senderos naturales cercanos. En cuanto a la comida, aunque la oferta puede ser algo básica, no te quedarás con hambre.
Asbury Park, Costa de New Jersey
¡Hola! Soy Thania Japiang, una viajera incansable con raíces que cruzan continentes. Nací en Bangkok, Tailandia, y crecí entre dos mundos: el exótico sudeste asiático de mi madre y el soleado Mediterráneo español de mi padre. Esta mezcla de culturas siempre me ha inspirado a explorar más allá de lo conocido, buscando esas conexiones especiales que solo se encuentran viajando.
Desde pequeña, viajar ha sido mi forma de vida. Mis primeros recuerdos de aventura son los mercados flotantes en Tailandia y las tardes en las plazas españolas, rodeada de historias de dos culturas tan diferentes pero tan entrelazadas en mi corazón. Esos contrastes me enseñaron que el mundo está lleno de matices y que cada viaje, cada lugar, tiene su propia magia.
A través de este blog, quiero compartir mis aventuras, pero también las experiencias que me han marcado profundamente: las charlas con extraños que se convirtieron en amigos, los sabores que nunca imaginé probar y los paisajes que parecen sacados de un sueño. Mi objetivo es que, al leerme, te animes a explorar el mundo no solo como turista, sino como alguien dispuesto a conectar con los lugares y las personas que lo habitan.
Cuando no estoy viajando, probablemente me encuentres en una cafetería, planificando mi próxima escapada, o cocinando un plato que me transporte a casa, sea cual sea el lugar que llame hogar en ese momento.
Gracias por acompañarme en este viaje, ¡espero que mis historias te inspiren a descubrir el mundo con el mismo asombro con el que yo lo hago!